sábado, 11 de mayo de 2013

Perlas guerreristas


Celebramos el ingreso de Pablo Catatumbo a las conversaciones de paz en La Habana. Ya el ex presidente Pastrana, ahora enemigo del diálogo, había puesto en duda la validez del proceso, preguntando en dónde estaba el ala militarista de las Farc, de la cual hace parte este comandante. Por Semana sabemos que Catatumbo es uno de los partidarios del diálogo, cuyos primeros acercamientos se iniciaron antes de la muerte de Cano. La ausencia de Catatumbo había dado lugar a muchas especulaciones. Los más audaces habían dicho que éste iba a ser el primer disidente del proceso; decían que el negocio de coca que tenía en el Cauca era tan bueno que no se podía retirar así no más.

Otro de los colombianos famosos que en estos días salió a decir que no está de acuerdo con las actuales conversaciones de paz es el procurador. Este hombre de mentalidad cavernaria, es uno de los principales opositores del matrimonio entre homosexuales, ha salido a decir que no acepta la impunidad del marco jurídico para la paz; es decir, la ley por la cual se debe regir el proceso. El señor dice que la masacre de Bojayá entra a hacer parte de aquello que no puede perdonarse de ninguna manera. En cambio, los centenares de masacres cometidas por el paramilitarismo si las debemos olvidar.

Otro que ha salido a hablar contra la paz es el periodista radial Herwin Hoyos. Sin ninguna argumentación, nos dice que las actuales conversaciones de La Habana son una farsa; expresión que no deja de sorprendernos, por su descaro. ¿Qué podrá significar esto? ¿Que los grupos negociadores están haciéndonos creer que discuten, sin realmente hacerlo? ¿O que fingen acordar algo que previamente está acordado? ¿Qué podrían ganar con esto, si todos los acuerdos deben ser refrendados en un plebiscito?

De su parte, el senador Lizcano salió con otra perla: “la paz es hija de la seguridad democrática”. Como a algunos uribistas les avergüenza estar contra la paz, han salido con el cuento de que la paz es hija del señor Uribe, una consecuencia de su belicoso gobierno. ¡Qué padre! ¡No ve la hora de estar en  contra de su hija!


miércoles, 1 de mayo de 2013

Más sobre la paz


Dice el periodista Darío Acevedo, en el diario El Espectador del 21 de abril, en su artículo “De Santa Fé de Ralito a La Habana:
“Sus jefes [de las AUC], como ahora los de las guerrillas, pensaron que podían aspirar a hacer política, a obtener el perdón total y a no ir a la cárcel. Esto último estuvo en la mesa de diálogo, unos acuerdos iniciales fueron debatidos ampliamente por todos los sectores de opinión”.
Esto de equiparar a la guerrilla con las AUC es común hoy en día entre algunos periodistas. Las Farc no salieron a masacrar campesinos ni a descuartizar a la gente con moto-sierras. El objetivo de las AUC era acabar con la guerrilla, según decían. Pero lo que realmente hicieron fue una contra reforma agraria. De la mano de sus socios terratenientes produjeron el mayor desplazamiento campesino que se conozca hoy en el mundo. Esto es simplemente un crimen, nunca política.
“A pesar de que los jefes paramilitares pretendieron salir a hacer política no les fue permitido y [eso] es lo que se debe resaltar. De por medio estaba el honor y la dignidad de sus miles y miles de víctimas. No entendería el pueblo colombiano que hoy se insista en otorgarles a criminales de guerra y responsables de delitos de lesa humanidad elegibilidad o altos cargos públicos”.
Sería bueno que el señor periodista nos explicara por qué las Farc son criminales de guerra. Aceptemos que lo que ha habido en este país es un conflicto. ¿Cuáles son los crímenes de guerra de la guerrilla? ¿Y cuáles los de lesa humanidad? Lo que sucedió en Bojayá, por ejemplo, ocurrió en medio de un combate, librado por desgracia en medio de un poblado chocoano. Al verse perdidos, los paramilitares se resguardaron en la iglesia, en medio de la gente, y allí les cayó el ataque de los conocidos cilindros de gas, con los dolorosos resultados que sabemos.  
Mientras el Fiscal General se deslengua abogando por [la] total impunidad para jefes guerrilleros, el ex Alto Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, que logró la desmovilización de miles de paramilitares, tiene a sus espaldas una infame orden internacional de captura. Es una lástima que gente que compartió responsabilidades con él guarden silencio. Con amigos así...”
Es cierto, es doloroso ver cómo lo han dejado solo. Claro que no está por demás recordarle al periodista que la orden de captura contra Luis Carlos Restrepo no es infame, como dice, sino plenamente justificada. ¿Cómo le pareció la desmovilización del frente Cacica, La Gaitana, con fusiles de madera y guerrilleros de pelo largo? Y hay otra cosa a la que no se le ha prestado suficiente atención: a finales del gobierno de Pastrana había dieciséis mil paramilitares, pero el gobierno de Uribe desmovilizó treinta y dos mil.  
“En conclusión, lo que muchos criticamos de este proceso no es que sea imperfecto o que se haya iniciado una negociación sino que se haya comenzado sin la voluntad expresa de dejación de armas y cese de acciones violentas por parte de las guerrillas”.
Esta es una verdad a medias. Las guerrillas si propusieron un cese al fuego, fue el gobierno el que dijo que no. En cuanto a la dejación de armas, no tengo preciso cuál sea la propuesta de la guerrilla. Pienso que es una medida prudente, no sea que se desarmen y sus enemigos los masacren. ¿Ya se nos olvidó la masacre de la Unión Patriótica?
“Se espera que haya algo de cárcel, que no se les dé elegibilidad política, que reconozcan a las víctimas, contribuyan a la verdad, reparen y pidan perdón. Lo mismo que se les aplicó a los grupos paramilitares y sin falta: dejación y entrega de armas”.
Los paramilitares se querían entregar, con un acuerdo que les perdonara toda la brutalidad que habían ejercido contra el pueblo colombiano. Las Farc han iniciado un acercamiento, tanteando una negociación. Son dos situaciones diferentes. Una brutalidad como la que habían ejercido las AUC no tenía justificación. No olvidemos que HH ha confesado siete mil quinientos asesinatos, y según él mismo llegan a doce mil, muchos de ellos con el acompañamiento del general Rito Alejo del Río.


viernes, 5 de abril de 2013

Conversaciones de paz V


Curiosamente, los que ahora son enemigos acérrimos de las conversaciones de paz con la guerrilla de las Farc, en el pasado fueron promotores irrestrictos de las conversaciones que se llevaron a cabo con los paramilitares durante el primer gobierno del doctor Álvaro Uribe; conversaciones que, como bien se sabe, extrañamente terminaron desmovilizando al doble de los hombres que había en armas al final del gobierno de Pastrana. En el momento de la negociación, los dieciséis mil miembros activos de las AUC. se convirtieron en treinta y dos mil. Era tanto el entusiasmo pacifista que hasta falsos grupos guerrilleros terminaron acogiéndose al proceso. En ese tiempo vimos guerrilleros de pelo largo y fusil de madera. El comisionado de paz de esos días, no sobra recordar, hoy anda prófugo de la justicia.

Los que hoy ven delitos de lesa humanidad por todas partes, en esos días no vieron nada; llegaron a proponer que se considerara a los paramilitares como delincuentes políticos. ¡A los señores de la motosierra! Nos recuerda la periodista María Isabel Rueda en un artículo reciente, que el doctor Fernando Londoño alcanzó a pasar un proyecto de ley donde se contemplaba una máxima sanción de cinco años para los que habían cometido masacres; como era tan vergonzoso que individuos que según sus confesiones habían matado a centenares de personas, después quedó en ocho, que tampoco es gran cosa. Apenas el doble de la pena que le fue impuesta a un hombre que se robó un caldo de gallina en un supermercado.

¿Por qué tanta indulgencia en el pasado y tanto rechazo a las conversaciones de hoy? Como primero, están en campaña política. Todo lo que sea oposición al gobierno actual, que también está en campaña, vale. Como segundo, son enemigos de cualquier acuerdo por las reformas que esto implicaría. Este conflicto les produce beneficios a algunos, en especial a políticos corruptos y militares. Por último, simpatizaban con los paramilitares, y en secreto aprobaban sus acciones.

El ahora candidato presidencial por el uribismo, doctor Oscar Iván Zuluaga, ha dicho a propósito de las actuales negociaciones que él no cree en las Farc, porque son terroristas y están metidas dentro del negocio del narcotráfico. Una frase cargada de soberbia. Si él no cree, ¿entonces no debemos negociar? Esa misma objeción habría podido habérseles hecho en su tiempo a las conversaciones de paz con las AUC. En efecto, hay frentes que están dedicados al negocio, y seguramente con ellos será más difícil negociar. Otros apenas cobran un impuesto llamado del gramaje. Y otros nada tendrán que ver, como es el caso de los frentes que operan en el interior del país, donde no hay coca.

Finalmente, los enemigos de estas conversaciones esgrimen un argumento que no deja de ser peregrino: que la motivación del presidente Santos se debe a que busca el premio nobel de la paz. ¿A nosotros los colombianos en qué nos perjudica que se lo den? Ojalá se lo den. Si consigue la paz, se lo merece sobradamente. 

viernes, 15 de marzo de 2013



Confieso que la muerte del presidente venezolano me ha causado algún sentimiento de pesar, por tratarse de un político que se dedicó a mejorar la condición de los pobres; además, porque era un hombre que podría haber vivido muchos años más. Pero las enfermedades no respetan a los poderosos, aunque dispongan de muchos medios para salvarse de ellas.

Algunos se preguntarán: ¿sentir pesar por la muerte de Chávez es un pecado? En Colombia sí. Inexplicablemente, los medios y los políticos hicieron que la mayoría de este pueblo lo detestara, sin ninguna clase de análisis. En nuestro medio, Chávez era sinónimo de ridículo.

Para ridiculizarlo, algunos periodistas colombianos lo han comparado con Eva Perón, personaje que vivió en función de sus camisitas, como les decía ella a sus seguidores. Algunos dicen que en sus gobiernos se gastó la friolera de $700 mil millones de dólares. Adecos y copeyanos los hubieran repartido entre los políticos y los ricos, como hizo Carlos Andrés Pérez con la enorme bonanza que vivió durante su primer gobierno, cuando Venezuela llegó a ser el primer consumidor absoluto de whisky del mundo.

Se le acusó, también, de ocultar a nuestra guerrilla detrás de las fronteras de su país. Pero fue de los primeros en decir que era hora de que se dedicaran a hacer política y dejaran las armas. Y agregó que el día que en Colombia se consiguiera la paz los primeros en festejarlo serían los venezolanos. Es más, en uno de esos extraños días en que el presidente Uribe pensó que la paz se podría conseguir mediante el diálogo, le pidió su apoyo.

Por ahora todos los analistas se han dedicado a decirnos que Chávez fue solamente un caudillo; es decir que con su desaparición su obra se desvanece como el humo. Habrá que ver. Por lo menos para las elecciones de abril se da por descontado el triunfo del chavismo.

Aunque todavía está temprano para hacer un balance de los efectos del chavismo, lo suyo no fue solamente caudillismo, como nos quieren hacer creer los analistas. Lo suyo fue una democracia popular, que mejoró radicalmente la condición de los pobres en Venezuela. Lo hizo hasta tal punto que modificó el índice de gini. En cuanto a la legitimidad de su tarea, nunca unas elecciones habían sido tan claras y tan limpias; a lo cual hay que sumarle la alta participación de los venezolanos que superó a veces el ochenta por ciento, una cifra que en Colombia no ha pasado del treinta o cuarenta por ciento.  

lunes, 25 de febrero de 2013

Conversaciones de paz IV

Este blog seguirá defendiendo a capa y espada las negociaciones de paz que se están llevando a cabo en La Habana. Pienso que esa es una de las tareas más ambiciosas y benéficas (Dios nos libre de usar el adefesio beneficiosas, tan de moda hoy en día) que se ha propuesto el gobierno de Santos.

Si se logra negociar la paz, este país podrá empezar a pensar en su futuro. A establecer una agenda diferente a la guerra. Podremos dedicar nuestros gastos militares a la educación de nuestro pueblo ignorante, a crear más fuentes de empleo y a modernizar nuestra infraestructura. Incluso, a limpiar la corrupción que nos ha hecho tanto daño. Porque entre otras cosas, como a la existencia de la guerrilla se le adjudican todos nuestros males, muchas cosas pasan de agache. En este sentido, para los corruptos es conveniente que el problema de la guerrilla no tenga remedio.

En esta ocasión, como anota el periodista León Valencia, las negociaciones no tienen enemigos agazapados, como decía Otto Morales en la época de Betancur. Los enemigos, a la cabeza de los señores Álvaro Uribe y Fernando Londoño, están abiertamente y frontalmente opuestos al proceso con toda clase de argumentos falaces.

El señor Uribe también intentó acercamientos con la guerrilla, durante sus ocho años de gobierno. Pero no llegó a ninguna parte. Entre otras cosas, porque él también quiere la paz (¡ni que fuera bruto!), pero sin concesiones ni reformas de ninguna clase; como si el fenómeno de la guerrilla no tuviera un origen en los problemas del agro. Su propuesta es simplemente dejar todo igual, pero que los guerrilleros se rindan y depongan las armas. Es decir, bala para otros cuarenta años. Bala y contratos.

Curiosamente, la llamada opinión pública nunca había estado tan apática ante un acontecimiento tan importante. La idea de que el proceso se desarrolle en medio de las balas también les ha dado mucha munición a los críticos. Claro que si hubiera habido una tregua habrían salido a decir que el gobierno estaba amarrando a la fuerza pública. Cada soldado muerto es un soldado asesinado; los guerrilleros caídos, en cambio, son simplemente dados de baja; cada operativo de la guerrilla es un nuevo acto terrorista. En cambio todas las acciones del gobierno son legítimas.

A este clima enrarecido contribuyen curiosamente las partes más interesadas. De una parte, el presidente continuamente está diciendo que se puede retirar de la mesa en cualquier momento, como si le fuera indiferente negociar. Ningún ministro defiende el proceso; el de la defensa en declaración sale con la misma cantinela: que los guerrilleros mienten, que son cobardes y terroristas. De la otra parte, los voceros la guerrilla, cada que tienen un micrófono al frente, salen a decir necedades que los medios ventilan a los cuatro vientos.

Sin embargo, parece que en la mesa de conversaciones hay avances. Están a punto de terminar la discusión del tema del agro, el primero de los cinco puntos que se van a tratar.   

domingo, 10 de febrero de 2013

Emma Reyes



No deja de ser curioso que Emma Reyes, que nunca fue literata, pueda haber escrito un libro tan conmovedor como el que han publicado recientemente con el nombre de Emma Reyes. Memoria por correspondencia. Incluso, el estilo a veces es descuidado. Es frecuente encontrar en el texto una mala utilización del adjetivo grande; por ejemplo: “…venía una sola vez al día y nos dejaba una grande olla de mazamorra” o “el grande hueco de la chapa”. Claro que cuando quiere hacer estilo, lo hace; y de qué manera, como cuando dice: “yo recordaré ese incendio [el de Guateque] como el espectáculo más bello y extraordinario de mi infancia. Por mucho tiempo, creí que el incendio era parte de las fiestas en honor del Sr. Gobernador” (carta número siete, p. 57)

¿Será que para escribir un buen libro no se requiere ser literato ni muy entendido en el arte de escribir? Al menos en este caso lo que nos queda claro es que la fuerza narrativa de la historia es tan grande que la autora no precisa de mucha técnica para hacernos pegar de su libro hasta el final, con el corazón agitado. Y es que esta pintora, produjo una obra única, conmovedora, probablemente sin proponérselo. En algún momento dice: “Yo no dejo copia, pues escribo directamente y ya no me acuerdo de lo que he escrito antes” (p. 39). Seguramente no se propuso escribir una novela, sino tratar de entender su propia vida, contándosela a otro. Entre otras cosas, para eso es que se escribe.

Nos deja para la imaginación lo que vivió después de que se escapó del convento hasta que se convirtió en una importante pintora. La lucha no debe haber sido poca, después de una infancia como la que tuvo que vivir.

Aquí también surge otra inquietud. Los mayores nos desvelamos haciendo lo posible y lo imposible para que nuestros hijos sean felices; para que después tengan los mejores recuerdos de nosotros. En ese abandono en que vivieron ella y su hermana, al menos durante los primeros veinte años, ¿fueron felices? Ni remotamente. Pero su vida es un ejemplo único de superación; “un triunfo humano”, como dice el señor Malcom Deas, en su introducción al libro. 

Finalmente, nos queda la pregunta: ¿qué clase de país era este? ¿Que tal el niño que regalan porque el papá tiene una carrera política en ascenso?

jueves, 10 de enero de 2013

Conversaciones de paz III


Como hoy en día se les ha dado una importancia inusitada a las encuestas, ahora nos han salido los medios con el cuento de que el 57% de los colombianos no cree que las conversaciones de paz entre el gobierno y las Farc lleguen a alguna parte. No sabemos cómo lo midieron. Porque este tipo de mediciones suele ser impreciso; prueba de ello fueron las últimas elecciones de los Estados Unidos, donde según todas las encuestas Barack Obama a duras penas empataba con Romney. Pero vimos lo contrario.

Los que claramente desean que la guerra continúe son los que se benefician con ella, como los militares, los contratistas del ejército y los sectores políticos que se la han jugado toda a la guerra y de un momento a otro no pueden salir a decirnos que son partidarios de la paz; tal es el caso del uribismo, que se la jugó toda a la guerra.

Lo que hay que decir claramente es que esa guerra hoy no tiene ningún sentido. Las Farc no tienen ninguna fuerza política. Si la tuvieron en otro tiempo, la perdieron con prácticas como el secuestro. Con más de quince mil secuestros políticos y extorsivos, las Farc son campeonas en esta aberrante actividad.

A finales del año pasado se hizo un foro agrario, con la organización del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de la Universidad Nacional de Colombia y de la Oficina de las Naciones Unidas en Colombia. Uno de los grandes ausentes fue el sector ganadero, representado por el señor José Félix Lafourie, que dijo inicialmente que las Farc estaban detrás de la organización del foro. Después dijo que los ganaderos eran las principales víctimas de esa guerra y que por tanto no se harían presentes en el foro.

He sacado de la página www.laverdadAbierta.com los puntos claves del foro agrario.

1.    Realización de un censo agrícola, para poder diagnosticar la situación real del campo y de las comunidades que viven de trabajo de la tierra.

2.    Distribución de la tierra y sus usos. Según Eberto Diaz, de la Mesa de Unidad Agraria, “cerca de 21 millones de hectáreas son aptas para la explotación agrícola pero solo 4 millones son usadas para ese fin. Mientras que en la ganadería sólo 20 millones de hectáreas son aptas para esa actividad, se están usando 38 millones, es decir le están quitando espacio al agro."

3.    Política de tierras con enfoque diferencial. “Comunidades campesinas, indígenas, de afro descendientes, de mujeres, de jóvenes y de víctimas del desplazamiento y del conflicto colombiano, entre otros, aseguraron que una de las fallas que han tenido los programas del gobierno es que se desconoce que las culturas y características diferenciales de cada población y cada territorio”.

4.    Políticas de desarrollo social. "Los peores indicadores de desarrollo social y humano se presentan en el campo. Dos de cada tres personas están en la pobreza y una quinta parte en indigencia. No hay cobertura en salud y educación y los servicios públicos son deficientes", Santiago Perry, Secretario Técnico del Grupo Dialogo Rural Colombia.

5.    Infraestructura y modernización del campo. Otra manifestación del olvido del campo es, según Rafael Mejía de la SAC, el atraso en la infraestructura vial, de telecomunicaciones, de riego y de equipos automotores hecho que ha limitado el desarrollo rural.

6.    Extensión de formas de titulación colectiva. De acuerdo con las conclusiones del foro, la mayoría de tenedores de predios y de pequeños productores campesinos, indígenas y afro descendientes, no han podido legalizar sus tierras, motivo por el cual, la titulación de las tierras es uno de los problemas más urgentes a solucionar.

7.    Garantías para el retorno y la restitución. La ley de tierras es una ley para restituirles la tierra a los que han sido despojados de ella. Pero no hay que hacerla pasar como una reforma agraria.

8.    Inversión extranjera. Los participantes dijeron: "Proponemos límites a la inversión extranjera y a la acción de las trasnacionales, debido particularmente a lo que hace referencia a los efectos ambientales, a los derechos de los trabajadores y la propiedad de la tierra”.